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¿Cuándo hacer una revisión de la suspensión de mi automóvil?

¿Cuándo hacer una revisión de la suspensión de mi automóvil?

Generalmente estamos acostumbrados a cada cierto tiempo llevar nuestro vehículo a los servicios de mantenimiento preventivo básicos, esto si nuestro automóvil es de reciente adquisición se torna un tanto obligatorio por la razón de conservar la garantía. Pero al cabo de cierto tiempo cuando la garantía vence, empezamos a tener problemas con el mantenimiento adecuado de nuestro automóvil, pues el mantenimiento que anteriormente nos brindaban los talleres de los distribuidores, al llevarlo de una forma adecuada, nos informaban de cualquier anomalía que necesitaba ser resuelta.

Cuando decidimos gestionar nosotros el mantenimiento de nuestra unidad, no está mal hacerlo, de hecho los fabricantes de vehículos contemplan esa situación, por tal motivo a la entrega del vehículo este viene acompañado de cierta documentación que es de importancia. Dentro de estos documentos se encuentran las pólizas de mantenimiento y una bitácora del mismo, e incluso un manual de propietario que entre todos nos proporcionan la información suficiente para poder gestionar de manera adecuada el mantenimiento. Es recomendable leer los puntos que comprenden el mantenimiento, pues de este depende el óptimo funcionamiento, desempeño y  buen valor de reventa cuando queremos cambiar de coche.

De esta forma podemos tener referencia del intervalo de mantenimiento adecuado para cada sistema de nuestro vehículo, incluso la suspensión y la dirección se menciona en los intervalos.

Hay que tener en mente que un vehículo siempre sufre un desgaste en todos sus sistemas de manera conjunta, por lo que al paso del tiempo, es normal que incluso reparaciones que se realizan a este, no será posible que duren cómo si estuviera nueva la unidad, pues los desgaste que va acumulando intervienen para que esto sea de esa manera.

Entonces, ¿qué puedo hacer para que la suspensión de mi vehículo funcione de forma adecuada por más tiempo?

De primera instancia siempre será mejor guiarse por la información que nos entregan con el vehículo, pero sucede que muy comúnmente, cuando somos el segundo o tercer dueño, estos manuales y pólizas ya no se entregan a los nuevos propietarios, por lo que es cuando se complica y generalmente lo dejamos en manos de nuestro mecánico de confianza o de plano hasta que el vehículo ya presenta problemas serios. Muy importante utilizar nuestro vehículo con el fin para el cual fue diseñado, esto es, si tengo un negocio, lo más apropiado es tener un vehículo comercial, pues si transporto cualquier tipo de mercancía, un vehículo de pasajeros no cumple con ese fin, por lo que los costos de mantenimiento no hacen rentable al negocio.

En el caso de la suspensión y la dirección, son sistemas que afortunadamente podemos tener ciertas referencias que nos indican que algo no anda bien en nuestro vehículo, un ejemplo muy común son los ruidos, golpes o rechinidos que llegamos a percibir a la marcha del automóvil, incluso cuando apenas son ligeramente perceptibles.

Recomendamos anticiparnos y mejor prevenir que lamentar, pues si nuestro vehículo presenta algún detalle que nos indique que no anda bien, lo mejor es actuar y no dejar que el problema se complique, sobre todo, si un problema persiste por un tiempo prolongado, será muy probable que la reparación sea más costosa, pues tendrá que involucrar todas las piezas que se encuentran en mal estado; esto en el mejor de los casos, ya que cuando llega el momento de que nuestro vehículo tenga que realizar un viaje prolongado, ya sea por vacaciones o por cualquier otro motivo, existe una mayor posibilidad de que ocurra algún percance que nos arruine el momento.

Será bueno que cada seis meses, o incluso cada vez que se realice un lavado de chasis por la parte inferior del vehículo, se haga una inspección visual del estado de los elementos que integran la suspensión y la dirección. De esta manera será mucho más fácil detectar alguna anomalía como algún cubre polvo roto, o un elemento que ya presenta holgura excesiva.

Cómo se mencionaba anteriormente, el vehículo se deteriora en conjunto, hay que tener en mente siempre esto.

Los elementos más populares de la suspensión son los amortiguadores, incluso me atrevería a decir que muy probablemente cuando se menciona o escuchamos la palabra suspensión, inmediatamente viene a nuestra mente los amortiguadores. Sin duda es uno de los elementos que la integra, pero está muy lejos de ser el único elemento de desgaste de la suspensión.

Es bueno pensar en los amortiguadores, e incluso podríamos tomarlos como referencia para tener una idea del estado e intervalos de mantenimiento de la suspensión. Es decir, la vida promedio de los amortiguadores anda rondando entre los 60 mil y 80 mil kilómetros, aunque pudiera ser mucho menor dependiendo de las condiciones severas de manejo con las que podemos encontrarnos día a día, ya que estas condiciones afectan significativamente a los vehículos. Los fabricantes consideran que si estamos expuestos a condiciones severas muy frecuentemente, el mantenimiento pudiera considerarse a la mitad del tiempo indicado.

Tomando lo anterior cómo referencia, los amortiguadores sería prudente revisarlos y reemplazarlos si es el caso entre los 30 mil y 40 mil kilómetros, sobre todo si estamos expuestos a condiciones severas de manejo, que para los amortiguadores y la suspensión en general serían las terracerías, caminos con muchos baches, pésimos pavimentos o empedrados, si nuestro vehículo es de uso particular generalmente estos kilometrajes se andarán cumpliendo entre los 3 a 5 años, pero en el caso de los vehículos comerciales y de transporte público, en un año pudieran estar acumulando ese kilometraje sin problema. Entonces dadas esas condiciones, resulta razonable que nuestros vehículos, presenten algunos desgastes en elementos de la suspensión y dirección a partir del tercer año de que haya abandonado la agencia.

Las horquillas, los bujes, las rótulas, resortes, tornillos estabilizadores son elementos de la suspensión, por lo que también aplican esas mismas condiciones severas. Y es aquí donde podemos encontrar diferentes conjuntos de esas mismas refacciones que integran la suspensión. Un ejemplo de ello es el conjunto de amortiguación, conformado por: resorte, amortiguador, base de amortiguador y en su caso base de resorte, por lo que se recomienda a cada cambio de amortiguadores, este valla acompañado por la base de amortiguador y base de resorte, en el caso del resorte, si este no ha perdido propiedades, puede ser reemplazado a cada dos cambios de amortiguador.

El conjunto estabilizador conformado por los tornillos estabilizadores (coloquialmente llamados cacahuates en México), las gomas de barra estabilizadora y la varilla o barra estabilizadora. En este caso el elemento que con más frecuencia sufre de deterioro, es el tornillo estabilizador, que dependiendo de su diseño, puede estar rondando los 60 mil kilómetros de vida útil, pero debido a las condiciones severas, será razonable que presentara fallo o desgaste a los 30 mil kilómetros, por lo que se recomienda una inspección y de ser necesario el reemplazo junto con las gomas de barra estabilizadora.

Las horquillas, estas vienen acompañadas generalmente de rótulas y bujes. Es muy común que una horquilla permanezca en buen estado por un tiempo prolongado, acercándose a los 150 mil kilómetros o más, pero no así las rótulas y bujes, estos elementos suelen desgastarse de una forma más rápida, pues son los elementos de articulación y fijación de las horquillas, por lo tanto su desgaste es más acelerado, en el caso de las rótulas, cómo es el elemento de unión entre la mangueta y la horquilla, es crítico mantenerla en óptimas condiciones, pues es un problema recurrente en las calles y carreteras vehículos que al momento de que este elemento se fractura, es fácilmente perceptible como la carrocería se encuentra caída sobre un costado, incluso la llanta se desprende completamente del vehículo, para evitar esa situación es necesario engrasar la rótula cada tres meses, para evitar su deterioro acelerado, pero hoy en día en la mayor parte de vehículos, estos elementos son libres de mantenimiento, por lo que la vida útil de las rótulas puede alcanzar fácilmente los 100 mil kilómetros en condiciones normales, si volvemos al caso de las condiciones severas, tendríamos que poner más cuidado en las rótulas a partir de los 50 mil kilómetros, y si se nota una holgura excesiva o daño de cubre polvo, lo recomendable será el reemplazo. En cuanto a los bujes, si se detecta fisura en el hule, o hules desprendidos, incluso si generan rechinidos, también será recomendable el reemplazo, pues este elemento resulta un tanto más complicado estimar un kilometraje de vida útil, pues influye mucho las condiciones de clima y que tan frecuentemente realizamos un lavado de chasís, que permita que los contaminantes y partículas extrañas no degraden a los hules con los que son fabricados.

Sin duda alguna, estas recomendaciones le serán de mucha utilidad, si es que no cuenta con los manuales que acompañan a su vehículo, incluso como comentario, es posible encontrar algunos de ellos en internet, donde los podrá descargar y así seguir más puntualmente las recomendaciones del fabricante de su automóvil.

Es indispensable contar con un vehículo confiable y seguro, que no comprometa la integridad de su familia y la de usted, por lo que es responsabilidad de nosotros como propietarios generar una cultura de buen estado de nuestros automotores, incluso el buen desempeño de su vehículo le permitirá evitar gastos innecesarios y un buen rendimiento de combustible, que hoy en día, es de mucha importancia